Picaba, molestaba, ardía y volvía a picar.
Húmedo, inundado, lleno de agua.
No me dejaba pensar. Ser. Estar.
Y así fue todo el día. Recién acaba de calmarse, en la noche, cuando todo cambia.
Que alivio.
Aunque aún tengo la sensación de que en algún momento formo parte de mi.
Igual está.
Terrible percepción. Seguro signifique otras cosas. De todos modos lo prefiero que al pánico,
al dolor abdominal, o cerebral.
Necesito. Te necesito.
Vení. Corré. Llegá hasta mí y sacame lo que sea que se haya metido en mi ojo, para recordarme que
te quiero aquí!
ven, cura esta pena, quítame estas ganas de tí...
ResponderEliminarhermosa, hermoso lo que escribiste...
cuántas veces al día se lo necesita verdad?
ya esta acá con vos, ya esta ahí conmigo, ya está...
te adoro