Incógnitas

Se hizo invisible.

Desapareció.

Sin excusas, sin avisos.

En medio de una charla, de golpe no supe más. Y me desesperé como una adicta con delirium tremens. 

Buscaba entre los ojos de los seres en la calle.

Buscaba en los parques, en los barrios, en las redes. Busqué en todos lados posibles. Me volví tóxica por un instante. Le preguntaba a las personas que suponía podían saber.

Pero no. No supe más nada.

No hubo manera. Por momentos siento que me hizo un favor y por otros me siento intriga, con duda, confusión.

Desapareció cómo desaparece el amor cuando alguna de las partes falla. Se esfumó. Se hizo inubicable. 

Y tuve que enterrarle, porque los duelos hay que hacerlos en algún momento. Enterrar quien fui en ese vínculo . Enterrar a quien perdí, y lo que no vendrá. 

Desterrar posibilidades, desarmar estrategias, anular fantasías.

Callar carcajadas. Recuerdos . Deseos. Y decirle adiós al recuerdo del recuerdo.

Un recuerdo medio borroso, casi invisible, que desapareció.